Tercero de Primaria
domingo, 29 de septiembre de 2024
jueves, 26 de septiembre de 2024
martes, 24 de septiembre de 2024
Cuento del día naranja
El Día Naranja de Alexa, Said, Sofía, Joaquín y Víctor
Era el 25 de noviembre, y Alexa, Said, Sofía, Joaquín y Víctor notaron algo especial cuando entraron a su salón de clases. Las paredes estaban adornadas con listones y globos naranjas, y en la pizarra la maestra Carmen había escrito en grandes letras: "Día Naranja: Dile NO a la violencia contra las mujeres y niñas."
Sofía levantó la mano, curiosa. “¿Qué es el Día Naranja, maestra?”, preguntó.
La maestra sonrió y respondió: “El Día Naranja es una fecha muy importante. Se conmemora el 25 de cada mes para generar conciencia sobre la violencia que muchas mujeres y niñas sufren en el mundo. Es un día para recordar que debemos tratarnos con respeto y protegernos unos a otros.”
Alexa, que siempre había admirado a su mamá y a su hermana mayor, dijo: “Eso es muy importante, maestra. Mi mamá siempre me dice que todos debemos ser respetuosos, sin importar si somos hombres o mujeres.”
Said, que a veces bromeaba pesado con sus amigas, bajó la cabeza. “¿Entonces, si le digo cosas feas a mis compañeras, eso también cuenta como violencia?”
La maestra Carmen asintió. “Exacto, Said. La violencia no siempre es física. Las palabras también pueden lastimar mucho. Por eso es importante que aprendamos a hablar con respeto y cariño, y no solo con las mujeres, sino con todos.”
Joaquín, siempre inquieto, levantó la mano emocionado. “¡Ya sé! ¡Podríamos hacer una campaña en la escuela! Podríamos hacer carteles para decirle a todos que no deben maltratar a las niñas ni a nadie.”
Sofía añadió: “Y también podemos aprender a defendernos cuando alguien nos falta al respeto, pero siempre de manera pacífica, sin responder con violencia.”
La maestra Carmen aplaudió las ideas de sus alumnos. “Me encanta su entusiasmo. Recordemos que respetar a las niñas y mujeres significa escucharlas, tratarlas bien y no hacerlas sentir menos. Todos podemos ayudar a crear un mundo más seguro para ellas.”
Víctor, que siempre era muy protector con su hermana menor, dijo: “Yo prometo cuidar siempre a mi hermana y a mis amigas. Nadie debería hacerles daño.”
Al final del día, los cinco amigos se sentían más comprometidos con la causa. Sabían que el respeto y la protección hacia las mujeres y niñas comenzaba en pequeños actos y que ellos podían ser parte del cambio. Así, se despidieron con una sonrisa, orgullosos de haber aprendido algo tan importante.
domingo, 22 de septiembre de 2024
jueves, 19 de septiembre de 2024
Cuento El Juego en Clase y las Consecuencias
El Juego en Clase y las Consecuencias
Era un día soleado, y la clase de computación estaba por comenzar. El profesor había preparado una actividad divertida para enseñar a sus alumnos a utilizar un nuevo programa en la computadora. Sin embargo, Mauricio, Luz, Mia, Janis y Allison no parecían estar muy interesados en la lección. En vez de prestar atención, comenzaron a jugar entre ellos.
Mauricio sacó un pequeño juguete que llevaba en su mochila y lo empezó a mover por el escritorio, haciendo que Luz y Mia se rieran. Mientras tanto, Janis y Allison abrieron una ventana en la computadora para jugar un juego en línea sin que el profesor lo notara.
El profesor, al verlos distraídos, les recordó: “Chicos, es importante que presten atención. Hoy aprenderemos algo nuevo, y será divertido si todos colaboramos”. Sin embargo, el grupo continuó con su juego, ignorando la advertencia.
Mientras los demás alumnos seguían avanzando en la actividad, Mauricio y sus amigos se dieron cuenta de que no habían hecho nada de la tarea. Cuando el profesor pidió que compartieran lo que habían aprendido, no supieron qué decir. Se miraron entre ellos nerviosos, sabiendo que sus bromas los habían atrasado.
El profesor, con una sonrisa paciente, dijo: “Cuando jugamos en clase, nos distraemos de aprender cosas importantes. Todos tienen el derecho de divertirse, pero también de aprender. Si juegan en el momento equivocado, luego sentirán las consecuencias”. Luego les asignó una tarea extra para ponerse al día con lo que habían perdido.
Esa tarde, mientras los demás jugaban en el recreo, Mauricio, Luz, Mia, Janis y Allison se quedaron terminando la actividad de computación. Aunque estaban un poco molestos al principio, entendieron la lección: si jugaban en clase, después tendrían que recuperar el tiempo perdido.
A partir de ese día, el grupo decidió prestar más atención en las clases. Se dieron cuenta de que aprender también podía ser divertido si todos colaboraban y respetaban el tiempo de trabajo. Los juegos tendrían su lugar, pero solo después de haber cumplido con sus responsabilidades.
Y así, la clase de computación se convirtió en su favorita, no solo porque aprendían cosas nuevas, sino porque también habían comprendido la importancia de respetar las reglas y el tiempo de estudio.
martes, 17 de septiembre de 2024
Cuento sobre los simulacros
El Simulacro de Sismos
Era un día soleado en la escuela primaria "Los Valientes". Mario, Patricio, Sarah, Diego y Emiliano estaban emocionados porque ese día se realizaría un simulacro de sismo. Sin embargo, algunos de ellos no lo tomaban muy en serio.—¡Vamos a divertirnos! —dijo Patricio, riéndose mientras jugaba con su balón.—No es solo un juego, Patricio —respondió Sarah—. Es importante que aprendamos qué hacer en caso de un verdadero sismo.Diego, que siempre había sido muy responsable, se unió a la conversación.
—Sarah tiene razón. Los simulacros son para prepararnos. Si un día ocurre un sismo real, debemos saber cómo protegernos.Emiliano, que estaba más interesado en su videojuego, intervino.
—¿Y si no pasa nada? Solo estamos perdiendo tiempo.La maestra, la señora López, escuchó la conversación y decidió intervenir.
—Chicos, permítanme contarles una historia. Hace unos años, en una ciudad cercana, ocurrió un sismo fuerte. Muchas personas se asustaron porque no sabían qué hacer. Algunos se quedaron paralizados, mientras que otros corrieron descontroladamente. Aquellos que habían practicado simulacros pudieron salir de sus casas y refugiarse en lugares seguros. Por eso, es vital que tomemos en serio estas prácticas.Los alumnos, al escuchar la historia, comenzaron a entender la gravedad de la situación. Mario preguntó:
—¿Entonces, si no practicamos, podríamos estar en peligro?—Exactamente —respondió la señora López—. Los simulacros nos enseñan a mantener la calma y actuar rápido.Finalmente, la señal del simulacro sonó. Todos los alumnos se levantaron rápidamente. Mario, Patricio, Sarah, Diego y Emiliano se dirigieron hacia la salida, siguiendo las instrucciones de la maestra. En el camino, se dieron cuenta de que era importante estar alerta y actuar en equipo.Al llegar al lugar seguro, la señora López les sonrió.
—¡Bien hecho! Recuerden, en un verdadero sismo, la calma y la preparación son clave.Después del simulacro, los cinco amigos se sentaron juntos.
—Ahora entiendo por qué es tan importante —dijo Emiliano—. Si no sabemos qué hacer, podemos ponernos en peligro.—Sí, y además, podemos ayudar a otros —agregó Diego.Los amigos se miraron y sonrieron. Desde ese día, decidieron que siempre tomarían en serio los simulacros de sismo, porque sabían que su seguridad y la de todos dependía de ello.
miércoles, 11 de septiembre de 2024
martes, 10 de septiembre de 2024
Cuento "El Valle de las Estrellas"
El Valle de las Estrellas
lunes, 9 de septiembre de 2024
jueves, 5 de septiembre de 2024
Cuento sobre la paciencia
El valor de la paciencia
Había una vez un grupo de amigos que siempre jugaban juntos en la escuela. Entre ellos estaban Juan, Ana, y Luis. Aunque se llevaban bien, había un problema: a Juan le costaba mucho esperar su turno. Siempre quería ser el primero en todo, ya fuera para usar la computadora en la clase de computación o para jugar en el recreo.
Un día, en la clase de computación, la maestra les enseñó un nuevo juego educativo. Todos estaban emocionados por jugar, pero había pocas computadoras, así que debían esperar su turno. Ana y Luis esperaron pacientemente, pero Juan no. Empujó a sus compañeros para llegar primero y comenzó a jugar sin hacer caso a la fila.
La maestra lo vio y le dijo: “Juan, si no aprendes a esperar, tus compañeros se sentirán mal y nadie querrá jugar contigo”. Juan no le dio importancia y siguió jugando. Sin embargo, al día siguiente, cuando fue el recreo, sus amigos no lo invitaron a jugar. Estaban molestos porque Juan no los había respetado el día anterior.
Triste, Juan fue a hablar con la maestra, quien le explicó que cuando no respetamos a los demás y no esperamos nuestro turno, las personas pueden sentirse mal y no querer estar con nosotros. “Ser paciente y respetar a los demás nos hace mejores amigos”, dijo la maestra.
Juan reflexionó sobre lo que había hecho. Desde ese día, comenzó a esperar su turno y a no molestar a sus compañeros. Pronto, sus amigos volvieron a invitarlo a jugar, y Juan entendió que la paciencia y el respeto eran clave para mantener la amistad.
miércoles, 4 de septiembre de 2024
martes, 3 de septiembre de 2024
Cuento sobre la libertad
El Vuelo de Valentina
Había una vez en un bosque mágico un pajarito llamado Valentina. Desde que era pequeña, Valentina soñaba con volar más alto que nadie y explorar el mundo. Un día, sus alas crecieron lo suficiente, y su mamá le dijo que ya podía empezar a volar sola.
"Recuerda, Valentina," dijo su mamá con cariño, "la libertad es un regalo precioso. Pero volar libre no significa que no debas seguir reglas. El cielo es grande, pero también tiene sus límites."
Emocionada, Valentina salió volando, sintiendo el viento en sus plumas y disfrutando del sol en su cara. Volaba de un árbol a otro, saludando a sus amigos los conejos y ardillas. ¡Qué feliz se sentía!
Pero mientras volaba, Valentina escuchó un grito fuerte. Miró hacia abajo y vio a un grupo de pajaritos pequeños jugando. Uno de ellos, un pajarito llamado Tito, gritaba muy fuerte, tratando de que todos lo escucharan. Valentina descendió y se posó junto a ellos.
"Tito, ¿por qué gritas tanto?" preguntó Valentina.
"Quiero que todos hagan lo que yo digo," respondió Tito.
Valentina pensó un momento y luego dijo: "Tito, gritar no es la manera de ser escuchado. En el cielo, todos los pájaros vuelan libres, pero seguimos reglas para no chocarnos. Es importante hablar con calma y escuchar a los demás."
Tito bajó la cabeza, entendiendo el consejo de Valentina. Desde entonces, Tito aprendió a hablar con respeto, y los demás pajaritos lo escuchaban más.
Valentina siguió volando, disfrutando de su libertad, pero siempre recordando que ser libre también significa respetar a los demás y seguir las reglas para que todos puedan disfrutar del cielo. Así, Valentina fue feliz volando por el mundo, libre pero siempre respetuosa.
lunes, 2 de septiembre de 2024
Algoritmo para dibujar una casa en Paint
Algoritmo: Dibujando mi casa en Paint
- Inicio: Abre el programa Paint.
- Elegir color: Selecciona un color para las paredes de tu casa (por ejemplo, amarillo).
- Dibujar rectángulo: Con la herramienta rectángulo, dibuja un rectángulo grande en el centro de la pantalla. Este será el cuerpo de la casa.
- Dibujar techo: Cambia el color a rojo (o el color que prefieras para el techo). Con la herramienta triángulo, dibuja un triángulo encima del rectángulo para formar el techo.
- Dibujar puerta: Cambia el color a marrón (o el color que prefieras para la puerta). Con la herramienta rectángulo, dibuja un rectángulo pequeño en la parte inferior del cuerpo de la casa.
- Dibujar ventana: Cambia el color a blanco (o el color que prefieras para la ventana). Con la herramienta rectángulo, dibuja un rectángulo más pequeño dentro del cuerpo de la casa, dejando un poco de espacio alrededor.
- Decorar:
- Dibujar césped: Con la herramienta línea, dibuja líneas verdes debajo de la casa para simular el césped.
- Dibujar sol: Con la herramienta elipse, dibuja un círculo amarillo en la parte superior de la pantalla.
- Dibujar nubes: Con la herramienta elipse, dibuja varias nubes blancas en el cielo.
- Agregar detalles: Puedes agregar más detalles como chimeneas, flores, árboles, etc., utilizando diferentes herramientas y colores.
- Guardar: Cuando hayas terminado, ve al menú "Archivo" y selecciona "Guardar". Ponle un nombre a tu dibujo y elige la ubicación donde quieres guardarlo.
- Fin: ¡Has creado tu propia casa en Paint!