jueves, 5 de septiembre de 2024

Cuento sobre la paciencia

 El valor de la paciencia

Había una vez un grupo de amigos que siempre jugaban juntos en la escuela. Entre ellos estaban Juan, Ana, y Luis. Aunque se llevaban bien, había un problema: a Juan le costaba mucho esperar su turno. Siempre quería ser el primero en todo, ya fuera para usar la computadora en la clase de computación o para jugar en el recreo.

Un día, en la clase de computación, la maestra les enseñó un nuevo juego educativo. Todos estaban emocionados por jugar, pero había pocas computadoras, aque debían esperar su turno. Ana y Luis esperaron pacientemente, pero Juan no. Empujó a sus compañeros para llegar primero y comenzó a jugar sin hacer caso a la fila.

La maestra lo vio y le dijo: “Juan, si no aprendes a esperar, tus compañeros se sentirán mal y nadie querrá jugar contigo”. Juan no le dio importancia y siguió jugando. Sin embargo, al día siguiente, cuando fue el recreo, sus amigos no lo invitaron a jugar. Estaban molestos porque Juan no los había respetado el día anterior.

Triste, Juan fue a hablar con la maestra, quien le explicó que cuando no respetamos a los demás y no esperamos nuestro turno, las personas pueden sentirse mal y no querer estar con nosotros. “Ser paciente y respetar a los demás nos hace mejores amigos”, dijo la maestra.

Juan reflexionó sobre lo que había hecho. Desde ese día, comenzó a esperar su turno y a no molestar a sus compañeros. Pronto, sus amigos volvieron a invitarlo a jugar, y Juan entendió que la paciencia y el respeto eran clave para mantener la amistad.

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